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Arquitectos: Bastidas y Salinas
- Área: 110 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Diego González
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Entendemos la vivienda contemporánea como el refugio esencial en la vida humana, el nido fundamental desde donde se enfrenta al mundo. El diseño este lugar consideró la cualidad del umbral entre los espacios íntimos y comunes. La casa como el escenario de lo cotidiano.
Después de analizar las condiciones preexistentes desarrollamos un plan para permitir que el espacio en general tuviese suficiente iluminación natural y ventilación. Decidimos eliminar un gran muro que limitaba el espacio de la cocina y construimos un pequeño nicho para desarrollar la idea de un límite habitable entre lo privado y lo público. Sobre todo, interpretamos a los usuarios del lugar, sus intereses y dinámicas cotidianas para permitir que el espacio fuese una expresión de su identidad.
La estética de los espacios domésticos tiene un acervo en nuestra cultura relacionada al diseño moderno, nociones que heredamos el siglo pasado a través de generaciones inmigrantes. La utilización de colores planos, fácilmente reconocibles como una herramienta para dinamizar los espacios internos y darles carácter y vida según la visión de sus usuarios. El piso veneciano tiene también un fuerte arraigo a la tradición de la construcción, básicamente consiste en un piso económico construido a través de retazos de piedra organizados de manera tal que se sujeten con un mortero que se filtra entre las piezas irregulares con un color que contraste con el mármol, es una representación del ingenio constructivo atemporal que la tradición ofrece.
En ese sentido, trabajamos con nociones tradicionales de la construcción y las confrontamos con estrategias de diseño contemporáneo. Las áreas comunes son enérgicas y coloridas, poseen un piso de mármol veneciano de tonos cálidos con careteo blanco y una retícula de flejes en diagonal que evoca movimiento y fluidez. El techo de esas áreas es azul turquesa intenso, alude al cielo abierto y a las fuerzas impredecibles de la naturaleza. La cocina es de topes de granito blanco, laminada con amarillo mango y azul celeste, se liberó la cocina para estar en relación directa con la sala, y utilizar sus atributos de color para atraer la mirada, las energías y convertirse en un punto de convergencia en relación con la circulación y jerarquía de espacios del apartamento.
Por otro lado, los lugares de intimidad tienen piso de madera de teca y las paredes son color arena, tonos cálidos y tenues que transmiten sosiego e invitan a un ambiente de descanso o concentración. La oficina tiene dos accesos, uno vinculado al dormitorio y otro que emerge desde la sala, un arco que se convierte en una cabina fría azul manantial con bloques de vidrio en la parte superior del muro, un espacio que hace de bisagra entre el trabajo y el ocio, el silencio y el ruido, la espontaneidad y la rutina.
El escenario doméstico que construimos materializa la interioridad de un refugio muy particular, un paisaje desenvuelto y fluido que se plantea como un espacio flexible de reglas establecidas, el disfrute del hogar como espacio productivo, de reunión y símbolo de añoranza y franqueza.